Termina la sexta edición del Festival Latinoamericano de Títeres
El Festival Latinoamericano de Títeres Animarte supo, a lo largo de sus seis años de existencia, convertirse en un verdadero clásico teatral de la zona sur. Esto provocó que en cada una de sus ediciones se vayan incorporando cosas, como la posibilidad de trascender los escenarios y llegar a lugares donde los más chicos nunca tuvieron la oportunidad de ver un espectáculo así; tener varias subsedes e incorporar elencos no solo de distintos puntos de la provincia de Buenos Aires, sino también de Capital Federal, Comodoro Rivadavia y de países vecinos, como Bolivia o Chile.
Con gran éxito, las funciones se fueron sucediendo en el Teatro Don Bosco de Bernal, y en sus subsedes ubicadas en el Teatro Índigo de Berazategui, el Centro Cultural Justo Lynch de Wilde y Sarandiarte de Sarandí; además, la Asociación Civil Hijos de Fierro colaboró para llevar el festival fuera de las paredes de los teatros, para el disfrute de todos.
Ya casi terminando esta edición, La Vereda dialogó con Julieta Viveros y Ricardo Lista, miembros de Fantoche Violeta, quienes realizaron su balance e invitaron al público a involucrarse más con el mundo de los títeres.
“Este año tuvimos la rotación de elencos, con sus diversas técnicas y la procedencia como novedad. Pasaron elencos de Capital Federal, Buenos Aires, Comodoro Rivadavia (Chubut), Bolivia y una producción binacional argentina-chilena, esta última encargada de la propuesta para adultos”, expresó Ricardo.
El titiritero destacó además que se continuó con algo “que comenzó el festival pasado: las subsedes que, además de las funciones que se hacen en el Teatro Don Bosco los sábados y domingos, los domingos -en simultáneo- se efectúa una función en una sala amiga que se usa de subsede”.
Por su parte, Julieta detalló que “tenemos funciones en barrios o lugares donde los niños no tienen la posibilidad de ver espectáculos de títeres, que se hacen mediante la asociación Hijos de Fierro, al aire libre, en plazas y de manera gratuita”.
Ricardo Lista hace hincapié en este punto, mencionando que esta es “una de las características principales de estos encuentros, como decimos nosotros, el aspecto social del festival” y agrega: “la idea es que la gente pueda ir a la sala y vea las propuestas, donde además conocerá más acerca del mundillo del títere, pero que también aquellas personas que no puedan acceder a la sala, tengan la posibilidad de disfrutar de lo que el festival propone”.
En cuanto a los lugares donde también se realizaron estas obras fueron de lo más variada como geriátricos, escuelas para chicos con capacidades diferentes, comedores, un asilo de chicos huérfanos, jardines y escuelas sin grandes recursos, entre otros.
¿Ha ido cambiando el público que asiste al festival año a año?
Fue cambiando la receptividad primero; hay gente que lo ubica en tiempo y espacio. Pregunta y asiste; incluso planifica. Por ejemplo, cuando llaman para preguntar consultan la programación y eligen qué ver, otros que pueden miran todas las obras.
Básicamente el público es familia, vienen padres con chicos y muchos abuelos con sus nietos.
¿Es lo mismo en cuanto al público adulto?
El público adulto va a otro ritmo, hay instalado socialmente el preconcepto que el títere es una cosa de niños y le cuesta trascender esto, lo que no quita que haya gente interesada en ver.
Por otro lado, hay dos tipos de funciones para adultos: primero vienen a vernos las estudiantes del profesorado de nivel inicial. Esa función cumple con dos requisitos: uno es para las futuras maestras jardineras, la necesidad de acercarlas al mundo del teatro del títere como expresión artística como así también herramienta de la pedagogía y para nosotros la posibilidad que haya adultos viendo la posibilidad de títeres para adultos.
La segunda función, abierta para el público en general la propuesta es diferente. Hay menos cantidad de gente, pero los que vienen lo hacen con mucho interés.
Cabe señalar que esta es la tercera oportunidad en la que se realiza este espectáculo para adultos. “En la primera fue un varieté y este año tenemos a Tadeo, a cargo del grupo Corte y Confusión”, detalla Julieta.
Antes de despedirse, los chicos de Fantoche Violeta no olvidaron a su presentador oficial, -aunque un tanto desplazado con respecto a festivales anteriores, ya que otro títere ocupó su lugar en las gráficas y folleto-: el gran Rodolfo Mondongo.
“hubo una lucha de egos, pero no por parte del otro títere”, confiesa Ricardo y explicó que Rodolfo “está como presentador oficial desde hace dos festivales” y “después se sube al escenario y presenta a los elencos y las obras”.
Vale recordar que aún queda un fin de semana con varias opciones para disfrutar. En primer lugar el sábado desde las 16 en el Teatro Don Bosco (Belgrano 280) se presentará la obra El guardián de la plaza, a cargo del grupo Carátulas; mientras que el domingo habrá una doble función: a las 16 Cocina Cochina, de Los Hermanos Guerra y la obra para adultos Tadeo, a cargo de Corte y Confusión, desde las 19.
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