Luego de haber brindado 34 conciertos en el mítico estadio de Bouchard y Corrientes, los populares cantantes pusieron fin a su residencia “Es ahora”.

Con un lleno total, al igual que todas sus presentaciones, Abel Pintos y Luciano Pereyra se mostraron emocionados y agradecidos con su público, que fue agotando cada función a medida que se iban agregando.

Vale recordar que los conciertos comenzaron el 9 de noviembre y en tan solo 3 días se agotó un total de 20 shows, motivo por el cual se fueron agregando más fechas en diciembre. Por otro lado, estos recitales quedarán en la memoria colectiva, ya que significaron los últimos en el Luna Park, que a partir de ahora cerrará sus puertas por tiempo indefinido.

En total fueron más de 280 mil las personas que vieron este espectáculo, que por primera vez tuvo juntos en el mismo escenario a dos de los máximos exponentes del cancionero popular argentino.

La puesta en escena fue otro de los aspectos más destacados de esta serie de presentaciones. Con un diseño de luces y sonido perfectamente sincronizado, cada interpretación fue realzada por un juego visual que sumergía al público en una experiencia sensorial única. El escenario, dispuesto en un formato de 360 grados, permitió que Abel Pintos y Luciano Pereyra estuvieran literalmente en el centro de la atención, logrando que los espectadores, desde cualquier rincón del estadio, se sintieran parte de cada momento.

Por su parte, la fusión de sus estilos únicos quedó plasmada en cada presentación, donde cada artista supo respetar el espacio del otro y, a la vez, complementarlo de manera natural. Desde las baladas más sentidas hasta los temas con ritmos más enérgicos, el repertorio se diseñó cuidadosamente para resaltar sus talentos individuales y su poderosa conexión sobre el escenario.

Cada función estuvo cargada de momentos especiales, desde dedicatorias emotivas hasta homenajes que emocionaron al público. Estos detalles, sumados al entusiasmo de los asistentes, crearon una atmósfera de celebración y despedida que será difícil de olvidar.