Dentro del contexto generado por el triunfo de la izquierda, que llevó al Pacto Histórico de Gustavo Petro a conducir el destino del país, Colombia comenzó a llevar adelante su camino de “consolidar la paz, la justicia social y ambiental más el cambio para las mujeres”, según el lema del partido que resultó victorioso en las elecciones ocurridas en junio del año pasado.

Según referencia el portal Más Colombia, los indicadores económicos han reflejado un crecimiento del 7,3 por ciento durante 2022, gracias al historial que el país posee en gestión macroeconómica y fiscal prudente, ambos factores claves para la reducción de la pobreza.

Sin embargo, el paso de la economía se ha visto sobrecalentada ya que debió operar por encima de su potencial, con una inflación acelerada y un alto índice de la cuenta corriente; tal queda reflejado en los valores que arrojó la moneda norteamericana ante la Tasa Representativa del Mercado (TRM)

Justamente estos valores, tal como refleja TRM Hoy y lo expresa Más Colombia, marcaron el fin de tres caídas consecutivas.

Ante esto y con la intención que el rebrote del consumo reprimido durante el contexto de pandemia por el avance del COVID-19 se termine por completo, tantos las políticas monetarias como fiscales continúen en terreno contractivo, se estima que el PIB solo crezca alrededor de 1,7 por ciento durante el corriente año.

Esto arrojará como resultado un aterrizaje suave de la economía, algo totalmente necesario e importante para un resurgimiento, no solo del país, sino también en el marco del contexto internacional.

En cuanto a la inflación, sus indicadores marcaron un 13, 1 por ciento al terminar el año pasado, número al que se llegó por diferentes factores, como lo han sido la importante demanda interna, su propia inercia, la lamentable pérdida de cultivos a causa de la inercia climatológica y la depreciación de la moneda local.

Haciendo hincapié en el fenómeno de La Niña, ha afectado a más de 750 mil personas, con importantes daños no solo en viviendas y cultivos sino también haciendo mella en la infraestructura de salud, transporte y educación.

Todos estos indicadores solo marcan que la pobreza durante 2022 haya reflejado apenas una pequeña reducción ya que la inflación, sobre todo aquella que impactó sobre los alimentos, relegó directamente los ingresos de los trabajadores. Como consecuencia, se estimaron 5 puntos porcentuales de disminución de la tasa de pobreza en el país.

Estos números y factores anteriormente mencionados provocarán que el índice de pobreza de 2023 marque un estancamiento y como consecuencia habrá una mayor dificultad a la hora de la recuperación del salario.

A futuro aparecen visiblemente nuevos desafíos, como afrontar la desigualdad que existe en el país, una de las mayores del mundo. Más allá que el crecimiento económico por sí solo no haya sido suficiente para acortar las brechas entre ciertos grupos, ya sea por género, etnia o ubicación geográfica.

Finalmente, el país debe enfocarse en llevar a cero las emisiones netas de carbono, para convertirse en una economía totalmente adaptable a los inconvenientes que pueda llegar a general el cambio climático.