David Lebón y una noche de pura conexión con su historia musical

Lebón recorrió su trayectoria en el Ópera

David Lebón regresó a los escenarios de Buenos Aires con “Conexión”, un concierto que funcionó como un viaje sonoro a través de distintas etapas de su trayectoria y que marcó el comienzo de una extensa gira por varias ciudades del país.

Este regreso se da poco tiempo después de su participación en el Quilmes Rock, donde compartió escenario con Pedro Aznar en el homenaje a Serú Girán, y en medio de la grabación de su próximo disco de estudio. En ese contexto, Lebón ofreció un recital que combinó emoción, recuerdos y potencia musical, y que sirvió para reconectar con su público más fiel.

La velada en el teatro Ópera comenzó con una selección de canciones surgidas entre los años setenta y ochenta. El arranque fue con “Sin vos voy a estallar”, incluido en “El tiempo es veloz” (1982), al que le siguieron joyas como “Copado por el diablo”, del disco homónimo de 1973, “Bonzo” (“Siempre estaré”, 1983), y “Frecuencia modulada”, perteneciente a “La grasa de las capitales” (1979), un clásico de Serú Girán. También hubo lugar para “Esperando nacer”, de “Peperina” (1981), que generó uno de los momentos más celebrados de la primera parte del show.

“Estoy feliz, gracias a todos ustedes por el amor”, expresó Lebón conmovido ante el aplauso sostenido del público, que llenó la sala con ovaciones constantes. La presentación continuó con temas como “Nuevas mañanas”, “Mundo agradable” y “Quiero regalarte mi amor”, que dieron paso a un bloque acústico de gran intimidad. Allí, acompañado por el violinista Alex Musatov y la corista Belén Cabrera, interpretó una sentida versión de “El tiempo es veloz”, seguida por “Parado en el medio de la vida” y “San Francisco y el lobo”.

Uno de los puntos más emotivos de la noche llegó cuando David recordó a Charly García. “Tenemos a un tipo como Charly que es mi hermano, estoy escuchando de nuevo todas sus canciones y no puedo creer lo que compone, es nuestro Mozart, me sigue conmoviendo. Te amo Charly”, exclamó antes de interpretar una poderosa versión de “Desarma y sangra”. El homenaje fue celebrado por el público con un espontáneo “olé olé, Charly”, que se multiplicó en la platea con emoción compartida.

En el tramo final del concierto, Lebón regresó a los sonidos de los ochenta para interpretar “Oh Dios qué puedo hacer” y “Puedo sentirlo”. Pero el momento más impactante se dio con la aparición del guitarrista Baltazar Comotto, quien se sumó como invitado especial en “Noche de perros”, aportando un solo de guitarra que levantó a toda la sala.

Antes del cierre, el músico volvió a su etapa en Serú Girán para hacer sonar “Encuentro con el diablo” y “No llores por mí Argentina”, dos clásicos que encendieron los recuerdos y la euforia de los asistentes. Para despedirse, eligió “Suéltate rock n’ roll” y el himno “Seminare”, que coronaron una noche cargada de nostalgia, pasión y alegría. “Ya saben, no escuchen a la cabeza, escuchen al corazón”, dijo antes de abandonar el escenario, dejando un mensaje que sintetizó el espíritu del espectáculo.

A lo largo de la noche, Lebón estuvo acompañado por una banda sólida y experimentada integrada por Leandro Bulacio (dirección musical, piano y coros), Daniel Ferrón (guitarra y coros), Daniel Colombres (batería), Alex Musatov (violín), Gustavo Lozano (guitarra y piano), Roberto Seitz (bajo y coros) y Belén Cabrera (coros). Con ellos, construyó una puesta en escena que, sin grandilocuencias, puso en el centro la música y el encuentro genuino con su audiencia.

La presentación en el Ópera fue la primera de una serie de conciertos que continuará por Córdoba, Rosario, Junín, Río Cuarto, Paraná, Salta y Tucumán, en una gira que ratifica la vigencia de uno de los artistas más influyentes del rock nacional. Al mismo tiempo, Lebón continúa trabajando en su próximo álbum de estudio, mientras su último trabajo, “Herencia Lebón”, está nominado a los Premios Gardel 2025 en la categoría Mejor Álbum Artista de Rock, cuya ceremonia se celebrará en junio.

Además, fue recientemente reconocido en los Premios Kónex, donde recibirá en septiembre el Diploma al Mérito como una de las figuras más destacadas de la música nacional. Con su talento intacto y una conexión genuina con el público, David Lebón demuestra que su historia musical todavía tiene mucho por contar.

Fotos: Luciana Verini

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