Del Di Tella al Parakultural: la historia del teatro experimental argentino se exhibe en el Moderno

El jueves 29 de mayo a las 18:30 horas quedará inaugurada en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Avenida San Juan 350) la exposición “Esto es teatro. Once escenas experimentales: del Di Tella al Parakultural”, un ambicioso recorrido curatorial que explora la relación entre el teatro y las artes visuales a través de una serie de episodios claves ocurridos en las décadas de 1960, 1970 y 1980. La muestra permanecerá abierta hasta febrero de 2026.

El título está tomado de la canción homónima que Nacha Guevara estrenó en 1981, pero también funciona como pregunta abierta. “¿Esto es teatro?” se interrogaban espectadores y periodistas en los años sesenta frente a las propuestas que emergían del Instituto Di Tella. Ese interrogante se reitera en la exposición como hilo conductor para pensar el modo en que diversas generaciones de artistas buscaron expandir los márgenes del teatro tradicional y desafiar los paradigmas vigentes, muchas veces desde una postura crítica, política y subversiva.

La exposición comienza en los años sesenta con las experiencias desarrolladas en el Centro de Experimentación Audiovisual (CEA) del Instituto Di Tella, bajo la dirección de Roberto Villanueva entre 1963 y 1970. Allí confluyeron artistas jóvenes decididos a romper con las formas teatrales canónicas. Obras como “El desatino” de Griselda Gambaro, dirigida por Jorge Petraglia, marcaron un antes y un después al generar enfrentamientos entre realistas y absurdistas, y pusieron en discusión los modos de representación. También se exhiben registros de las experiencias de Ángel Elizondo y Nacha Guevara, quienes, desde sus respectivos lenguajes, desafiaron la supremacía del texto y apostaron por lo corporal, lo musical y lo performático.

Estas prácticas teatrales no sólo dialogaban con las artes visuales, sino que eran parte activa de una revuelta escénica que también implicaba una toma de posición frente a la represión y la censura de la dictadura de Onganía.

Uno de los núcleos destacados está dedicado a la obra del director Víctor García, cuya carrera se desarrolló fuera del país a raíz de la situación política. García introdujo un cambio de escala en la escena con elementos de gran dimensión como ruedas gigantes, automóviles en escena o escenarios inclinados, desestabilizando la actuación tradicional y fundando un teatro monumental. Su trabajo es presentado como punto de inflexión entre las artes escénicas y visuales, con ecos que trascendieron las fronteras argentinas y se proyectaron hacia Brasil, España y Francia.

El trabajo de Víctor García es clave para entender el cruce entre visualidad, espacio y cuerpo en el teatro. Su concepción del espectáculo como una experiencia total anticipa mucho de lo que vino después.

El recorrido culmina en los años ochenta, en el contexto de la recuperación democrática, con el surgimiento de un nuevo tipo de teatro radical y performático. En ese período florecieron expresiones cargadas de provocación, irreverencia y erotismo que encontraron en el Centro Parakultural un espacio vital. Allí convivieron el rock, el arte visual, el transformismo y la performance. Figuras como Batato Barea, Alejandro Urdapilleta, Las Gambas al Ajillo y La Organización Negra protagonizaron lo que la exposición define como “una práctica fervorosa de antiteatro”, caracterizada por su oposición al texto como eje rector, su crítica a las formas de producción tradicionales y su desafío a las normas morales dominantes.

El diseño museográfico estuvo a cargo de Daniela Thomas e Iván Rösler, quienes buscaron transmitir el espíritu rupturista y mutante de las escenas retratadas. Cada uno de los once núcleos funciona como una cápsula sensorial que entrecruza documentos, objetos, escenografías, imágenes y registros audiovisuales, proponiendo al visitante una experiencia inmersiva.

Entre los artistas representados se encuentran, además de los ya mencionados, Cristina Banegas, Laura Yusem, Graciela Galán, Humberto Rivas, Alfredo Bonino, Kado Kostzer, Gianni Mestichelli, Renata Schussheim, Adrián Rocha Novoa, Elba Bairon, Vivi Tellas, Alejandro Kuropatwa y Pérez Celis, entre muchos otros. La curaduría corresponde a Alejandro Tantanian, (Curador de Teatro del Museo Moderno); Andrés Gallina y Florencia Qualina (curadores invitados).

 

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