A raíz de una nota realizada por el diario Clarín, las alarmas se encendieron rápidamente: el Luna Park, emblemático estadio de Corrientes y Bouchard podría ser vendido a un grupo empresario y pasaría a ser una gigantesca torre de oficinas.

Inaugurado en 1932, el Luna Park es mucho más que un estadio, ya que numerosos eventos y hechos históricos ocurrieron allí. Varios campeones de boxeo desfilaron por su ring y numerosos artistas, nacionales e internacionales hicieron vibrar a miles de personas con su música.

Ahora bien, según el mencionado medio, el grupo inversor estaría interesado en quedarse con las acciones que, desde 2013, pertenecen a la Iglesia (el estadio fue donado luego de la muerte de Ernestina Devecchi de Lectoure a Cáritas y a la orden salesiana de San Juan Bosco en un 95 por ciento y luego fue adquirido el porcentaje restante).

El motivo de la venta del emblemático predio se daría por su alto costo de mantenimiento y para cubrir los 130 millones de pesos que la Iglesia destina a los sueldos que por el momento salen de las arcas del Estado. Una supuesta venta significaría embolsar alrededor de 40 millones de dólares.

Más allá de las alarmas encendidas, habría una serie de hechos que dificultarían la venta. El primero y principal es el decreto del ex presidente Néstor Kirchner, quien en 2007 declaró al Luna Park Monumento Histórico Nacional. Esto significa que ni su fachada ni su estructura pueden ser modificadas.

Años antes (2001 para ser más exactos) el estadio fue declarado Sitio de Interés Cultural, por lo que tampoco se podría realizar cambios en la zonificación de su manzana, Área de Protección Histórica.

En tanto, según Clarín, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ordenó al subsecretario de Registros, Interpretación y Catastro, Rodrigo Cruz, que analizara la situación.