“Es un honor dirigir el lugar que marcó mi vida como espectador”

 

Maximiliano Tomás, director del Centro Cultural Recoleta, dialogó con La Vereda anticipando lo que será la programación del recinto porteño para 2025, como así también el 45° aniversario del emblemático espacio cultural.

En primer lugar, Tomás compartió sus sensaciones sobre cómo el Centro Cultural Recoleta ha evolucionado a lo largo de los años y qué se puede esperar en este año tan especial. “Es un momento muy movilizador. Confieso que lo vivo con una mezcla de emoción y responsabilidad”, aseguró el directivo.

“Tengo 50 años, y por lo tanto, pude vivir gran parte de la programación de la década de los 90 y los 2000 en El Recoleta. Yo fui uno de esos que se sumaron a este lugar a finales de los 90, principios de los 2000, y pude disfrutar de la música, del teatro de Federico León, a De La Guarda, a los Babasónicos… Toda esa gran potencia de la cultura porteña cuyo epicentro, de alguna manera, fue el Centro Cultural Recoleta”, recordó Tomás.

Para Tomás ser director de un lugar que lo marcó tanto como espectador es “un honor y un privilegio inmenso”. “Pasaron más de 25 años desde aquellos primeros días que viví como espectador, y llegar a ser director de este espacio, del que tanto me enamoré, es una experiencia única. Durante años, El Recoleta fue mi punto de referencia como artista y también como amante de la cultura porteña”, reflexionó.

El director sostuvo que “el solo hecho de estar al mando de este lugar, cuidando su legado y potenciando su futuro, me llena de orgullo. Es un desafío enorme, pero también una oportunidad para seguir sumando y contribuyendo a la cultura de nuestra ciudad”.

Números de 2024

El Recoleta ya se encuentra inmerso en lo que ofrecerá para este año tan especial, sin embargo, Tomás tuvo tiempo para recordar lo que fue el balance del año pasado, donde el recinto se convirtió en uno de los lugares más elegidos por el ámbito porteño.

“Tuvimos unos números realmente impresionantes”, explicó el director, quien agregó que “hubo un crecimiento del 55% en la cantidad de visitantes, alcanzando más de 700 mil personas. Este crecimiento no es casualidad, es el resultado de una serie de factores, pero también es un reflejo de los esfuerzos que hemos venido realizando, tanto en la programación como en la infraestructura. En cuanto a las obras, es importante entender que, aunque pueden parecer detalles técnicos y aburridos para el público, son fundamentales. Este lugar cuenta con 18 mil metros cuadrados, y había muchas áreas que necesitaban una renovación urgente”.

Imponente. El Cultural Recoleta, uno de los símbolos porteños

Obras clave

“Hubo muchas obras de infraestructura que eran necesarias”, comenzó explicando Tomás, “aunque tal vez no sean las más visibles para el público”, agregó. Por ejemplo, “tuvimos que recuperar la terraza, un espacio clave para eventos al aire libre. También fue imprescindible impermeabilizar los tejados, arreglar el sistema de calefacción y la accesibilidad en varias zonas del centro”.

Sin embargo, para Tomás lo más importante haya sido “recuperar la fachada histórica, esa que tiene el característico rojo pompeyano, que fue parte del diseño original cuando se inauguró en 1980. Estas renovaciones fueron fundamentales para devolverle su esplendor a El Recoleta y generar un espacio que, a su vez, sea más inclusivo, accesible y funcional para todos”.

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