Ariel Pavletic, cantante de la banda, repasa el espíritu detrás de “La rebelión del corazón”, un álbum clave del hardcore argentino que dos décadas después sigue despertando conciencia, energía y transformación.
En 2005, Sudarshana lanzaba “La rebelión del corazón”, un disco que no solo se convirtió en uno de los pilares del hardcore nacional, sino que también trazó una huella emocional y espiritual dentro de una escena que, hasta entonces, parecía tener otros códigos. Su mensaje, cargado de introspección y búsqueda personal, encontró eco tanto en quienes vivían la música desde la rabia y la resistencia, como en aquellos que necesitaban una forma distinta de rebeldía: más amorosa, más interna, igual de poderosa.
Este año, cuando se cumplen dos décadas del lanzamiento, la banda se prepara para tocar el disco completo en el Teatro Vorterix, en una fecha que promete ser tan intensa como emotiva. En la previa, Ariel Pavletic, cantante del grupo, conversó con La Vereda sobre esa obra fundamental, el paso del tiempo, el vínculo con el público y cómo sigue latiendo hoy esa misma rebelión.
“Somos cuatro amigos que nos juntamos a expresar lo que sentimos y a dejar algo en la gente que nos escucha”, define Ariel, cuando se le pregunta por la identidad de la banda. “Nos unió la vida, y el hardcore también. Siempre decimos que la banda es como nuestro hogar, nuestro refugio. Sudarshana intenta tirar un mensaje positivo, decir lo que nos pasa arriba del escenario”.
Con ese espíritu grabaron “La rebelión del corazón”. Y aunque muchas cosas cambiaron desde aquel entonces, el núcleo emocional y espiritual del disco permanece inalterable. “Creo que lo que hicimos siempre fue lo que sentimos. Me reprocharía haber hecho algo que no sentía, o hacerlo por demostrar algo que no soy”, reflexiona Ariel sobre ese momento. “Claro, siempre hay cosas que quedan en el tintero, pero así es la vida. Me hubiera dicho a mí mismo y a la banda: hagan lo que les dice el corazón. Pero estamos conformes con lo hecho hasta ahora”.
El disco capturó una época convulsionada en la Argentina, donde la emoción y la crisis iban de la mano. Sin embargo, Ariel cree que su mensaje sigue vigente. “Cada época es diferente. A pesar de los malos momentos —que a veces afectan y mucho—, lo importante es darse ánimo y seguir adelante. No somos indiferentes a lo que pasa a nuestro alrededor, pero la banda siempre se caracterizó por levantarse y seguir. “La Rebelión del Corazón” es un disco atemporal, porque habla de sentimientos y de lo espiritual, de mirar hacia nuestro interior. Creo que sí tendría el mismo impacto hoy, porque habla de evolucionar como personas, y eso siempre es importante”.
El título del álbum sigue siendo una declaración. Y cuando se le pregunta qué forma toma hoy esa rebelión, Ariel responde sin dudar: “Es interna, espiritual, musical, y mucho más. Es crear tu propio camino, sin imposiciones, sin muros que te limiten. Es ser uno mismo. Es vivir la vida libre y sin juzgar a los demás. La Rebelión del Corazón se trata de eso. Y por eso lo hicimos y eso quisimos transmitir”.
Esa conexión con el mensaje también se traduce en cómo el público se apropió de las canciones. “Creo que cuando hacés públicas tus canciones, ya ninguna te pertenece. Cada una tiene algo especial, y la gente se identifica con esa que le gustó, o le transmitió algo. Las canciones son como partes de uno, y nunca sabés a quién le pueden llegar. Con La Rebelión pasa algo particular: todas las canciones del disco son muy cantadas y coreadas por la gente, y eso significa que hay una conexión muy grande, una energía que se siente y que la gente hace suya”.
Frente al desafío de tocar un disco completo del pasado sin caer en la trampa de la nostalgia vacía, la banda se mantiene en movimiento. “Siempre pensamos en lo que va a venir. Todo lo que hicimos con la banda es hermoso, es lindo recordar los buenos momentos, pero Sudarshana sigue. Para nosotros es importante el presente que estamos viviendo. Estamos a punto de tocar en Vorterix, una fecha muy importante para nosotros. Vivimos el presente con planes para el futuro también. Esto no para”.
Al cierre, una última pregunta dispara una imagen: si “La rebelión del corazón” tuviera que renacer en otro formato, ¿cuál sería? Ariel sonríe y responde desde un lugar íntimo: “Me imagino un libro, escrito por Srila Prabhupada. Búsquenlo, es muy bueno. Un libro que cuente que hay algo más allá de lo material, de lo que vemos. Algo que nos dice que todos somos iguales, que los cuerpos son solo una cubierta de nuestro verdadero ser. Que somos algo mucho más valioso de lo que creemos. Que tenemos que despertar. Claro que le pondría de nombre “La Rebelión del Corazón”. Y la tapa sería roja con un loto, jajaja. Sería un lindo libro, me parece”.