La obra “Memoria de los Mutilados” regresa con una mirada poética y feroz sobre la espera, el deseo y la crisis cotidiana.
En una remisería del conurbano situada en un tiempo que parece suspendido, “Memoria de los Mutilados” despliega una serie de voces que exploran vínculos fallidos, deseos intensos y una realidad que se desarma a cada minuto. Remiseras, clientes y un jefe quebrado se mueven entre monólogos viscerales y escenas cargadas de humor inesperado, mientras intentan sostener una rutina que ya no encuentra sentido.
La obra construye un clima de espera perpetua: los motores no arrancan, las conversaciones se deforman y nadie puede salir a hacer un viaje. En ese encierro emocional se revelan frustraciones, luchas precarias, sueños detenidos y un hartazgo que vibra como un auto viejo que insiste en seguir andando. El amor, la identidad, el trabajo y la derrota aparecen como piezas de una mecánica desgastada pero obstinada.

Un universo poético entre el desencanto y la resistencia
Con una mirada polifónica y poética, la puesta de Marcelo Peste muestra cómo los cuerpos persisten aun cuando el contexto se derrumba. La remisería, en decadencia y cargada de recuerdos, se transforma en un espacio donde la catarsis y el deseo chocan con la realidad construida e indeseada. Cada personaje se desgrana con crudeza y humor, dejando al descubierto aquello que se intenta sostener pese a todo.
El elenco está integrado por Damián Bolado, Sebastian Borges, Flora Collaud, Andrea Colombo, Paula Gabriela Flaks, Melina Furgiuela, Laura Tarchini y Camila Vanore. Con dramaturgia y dirección de Marcelo Peste, la obra se presenta en Calibán (México 1428 PB 5), con funciones los domingos de noviembre a las 20 horas y entradas a la venta en boletería o bien por sistema Alternativa Teatral.
Fotos: Javier Cristofano