Mendoza: El Teatro Independencia vuelve a subir el telón
Con tres funciones presenciales y una virtual, el fin de semana el Teatro Independencia de Mendoza volverá a abrir sus puertas al público, con espectáculos para todas las edades.
Cumpliendo con estrictos protocolos sanitarios, los espectáculos presenciales serán con entrada gratuita y las invitaciones se podrán conseguir a través de www.entradaweb.com.
El viernes 20, a las 21, para vivirlo en la sala, el “Flaco” Suárez presentará su premiado unipersonal Lágrimas y risas. Con texto del propio Suárez, sobre fragmentos de cuentos de Juan Draghi Lucero, Darío Fo, Juan Rulfo y Gabriel García Márquez, este es un espectáculo maravilloso, que ha recorrido Latinoamérica, con muchísimo humor y momentos profundamente conmovedores.
El sábado habrá un doble programa, un espectáculo presencial y uno virtual. A las 20, Griselda López Zalba; Andrea Vaia y Cristian Ojeda ofrecerán Canciones del Regreso, un espectáculo para disfrutar en el Teatro, con grandes clásicos de la lírica, como O sole mio; Mattinata; Nella Fantasia y Caruso, entre otros.
El mismo día, pero a las 21 y de manera virtual, se podrá disfrutar desde casa, la segunda entrega de Florece el Independencia, con tres artistas que triunfan en el país, Mariana Päraway, José Lucano (Junto a Cata López Martínez, Sebastián Millán, Agustín Verdes y Jere Casetti) y Paula Neder (Acompañada por Leandro Lacerna).
El streaming incluirá, además del show, entrevistas a sus protagonistas. Para poder ver y escuchar este espectáculo virtual, se deben adquirir las entradas a través de www.eventbrite.com.ar.
Para finalizar un fin de semana de reencuentros, el domingo, a las 20, Marabunta Teatro subirá a las tablas del Independencia con su espectáculo “Lo que esconden los sombreros”. Tres seres distintos, especiales, se acercarán al público de una manera tierna y divertida, creando una atmósfera de juego y reconocimiento del otro como personas diferentes pero iguales, en un encuentro creativo, imaginativo y dinámico que invita a grandes y chicos por igual.
Mirando al sombrero como un distintivo característico de las personas, diferenciándolas y así enriqueciendo las situaciones a vivenciar, desde el punto de partida que en la diversidad radica la riqueza de una especie.