Tribute to the founders of the historic Picadero Theater
En una ceremonia que destacó la importancia de la memoria cultural, de manera reciente el Secretario de Cultura de la Nación, Leonardo Cifelli, entregó una placa a Guadalupe Noble y Antonio Mónaco, fundadores del Teatro Picadero.
during his speech, Cifelli subrayó la relevancia de este espacio como “un precursor para su época, un refugio de arte diverso y plural”, and I add: “La historia argentina ha tardado en reconocerlo, pero todo llega en su tiempo”.
El evento tuvo lugar en el Auditorio 513 del Palacio Libertad, donde Noble compartió un artículo suyo sobre el nacimiento del teatro, publicado en el diario Clarín. También se proyectó un corto documental dirigido por Gracia Bergesi y Fernando Bergami, con un render en 3D de Juan Ignacio Klocker, que repasó la historia del emblemático espacio.
En un panel moderado por Tencha Sagastizábal, Antonio Mónaco rememoró la inauguración del teatro el 21 July 1980 y reflexionó sobre su significado: “Yo llevo grabada a fuego esta historia. Algunas razones son bellísimas, otras crueles. Me quedo con las bellísimas, pero no olvidaré las crueles porque de ellas también se aprende”.
El Teatro Picadero, inaugurado como un espacio independiente, nació de la necesidad de crear un lugar diferente, alejado de las estructuras del teatro comercial y oficial. Ubicado en el actual Pasaje Santos Discépolo, el edificio, que solía ser una fábrica de bujías, fue transformado en una sala versátil diseñada por Gastón Breyer, capaz de adaptarse a diversas propuestas escénicas. Su inauguración marcó un hito con la obra “La otra versión o el jardín de las delicias”.
A pesar de su breve existencia, interrumpida por un atentado incendiario en agosto de 1981, el teatro fue un semillero de creatividad. Su escenario albergó ciclos musicales con artistas como Litto Nebbia, Dino Saluzzi y Marilina Ross, así como producciones teatrales de figuras como Rubens Correa, Pepe Soriano y Luisina Brando. further, fue el lugar donde surgió Teatro Abierto, un proyecto artístico que desafió el contexto político de la época y que terminó siendo blanco del atentado que destruyó el Picadero.
El homenaje incluyó recuerdos de momentos clave, como las decisiones iniciales de Noble y Mónaco para programar Teatro Abierto, y las tensiones que surgieron tras el cierre del ciclo en 1981. Mónaco, quien asumió el rol de director del proyecto, recordó las promesas incumplidas para la reconstrucción del teatro y cómo ambos fundadores fueron apartados de la narrativa oficial de Teatro Abierto.
El reconocimiento a Noble y Mónaco no solo recupera una parte importante de la historia del teatro argentino, sino que también celebra su aporte inquebrantable a la cultura independiente, un legado que sigue inspirando.